lunes, 20 de mayo de 2013

CONVIVENCIA CON NUESTROS MAYORES


El próximo viernes día 26 de Mayo y dentro de la celebración de los actos que la Venerable y Real Archicofradía de Ntra. Sra. del Pilar de Zaragoza, Ntro. Padre Jesús de las Penas y María Santísima de la Caridad está llevando a cabo con motivo del Cincuenta Aniversario de la Bendición y puesta al Culto de María Santísima de la Caridad, tendremos una convivencia con nuestros mayores.
Esta convivencia tendrá lugar en la Residencia de Mayores Fragela, en donde celebraremos a las 17:15 horas una Eucaristía que será oficiada por el Rvdo. Padre D. José Luis Salido, Franciscano y Capellán de dicho Centro, al término de la misma habrá una merienda que estará amenizada con la intervención del Grupo Sol Latino, así como la actuación de David Palomar y su grupo, estando presentado el acto por el Pregonero de la Semana Santa 2013 y periodista de Canal Sur D. Juan Manzorro Burguillos.

viernes, 17 de mayo de 2013

APLAZAMIENTO DEL ACTO DE CONVIVENCIA CON LAS HERMANDADES


Debido a la imposibilidad de trasladarse hasta Cádiz el próximo sábado día 18 de Mayo, D. Luis Álvarez Duarte, la Comisión encargada de la celebración de los Actos del 50 Aniversario de la Bendición de María Santísima de la Caridad, ha optado por el aplazamiento para el próximo mes de Junio, previamente informaremos en este mismo blog del día y hora de la celebración de la convivencia con las Hermandades del Domingo de Ramos y los de la Parroquia de San Lorenzo.

lunes, 13 de mayo de 2013

CONVIVENCIA CON HERMANDADES


Como tenemos previamente anunciado y dentro de los Actos que estamos celebrando con motivo del 50 Aniversario de la Bendición y puesta al Culto de María Santísima de la Caridad, se llevara a cabo un encuentro catequético y  convivencia con las Hermandades de la Parroquia de San Lorenzo y las del Domingo de Ramos bajo el lema “María con los Apóstoles”.

            Para ello convocamos a todos los hermanos de la Archicofradía para el próximo día 18 de Mayo, sábado a las 18:00 horas en la Iglesia de San Lorenzo y que tendrá el siguiente contenido:

·        A las 18:00 horas y en el Salón Parroquial de la Iglesia de San Lorenzo, (entrada por la puerta lateral de la Iglesia, calle Armengual) celebración de una mesa redonda con los Hermanos Mayores de las Hermandades presentes, para debatir sobre nuestra presencia dentro de la Iglesia, con el título: “Misión de las Hermandades en la Iglesia de Cristo”.
·        A las19:00 horas Charla del escultor, imaginero y restaurador D. Luis Álvarez Duarte.
·        Terminaremos la convivencia a las 20:00 horas con una Eucaristía.

HOMILIA DEL PAPA FRANCISCO A LOS COFRADES


Ciudad del Vaticano a 05 de mayo de 2013 - A las 10 horas de hoy, VI Domingo de Pascua, ante la basílica vaticana, en la plaza de San Pedro, el papa Francisco ha celebrado la eucaristía para los miembros de las cofradías y hermandades llegados a Roma de todo el mundo, para asistir a la celebración de la Jornada de las Cofradías y de la Piedad Popular, con motivo del Año de la Fe. Ofrecemos el texto de la homilía.
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Queridos hermanos y hermanas:
En el camino del Año de la Fe, me alegra celebrar esta Eucaristía dedicada de manera especial a las Hermandades, una realidad tradicional en la Iglesia que ha vivido en los últimos tiempos una renovación y un redescubrimiento. Os saludo a todos con afecto, en especial a las Hermandades que han venido de diversas partes del mundo. Gracias por vuestra presencia y vuestro testimonio.
Hemos escuchado en el Evangelio un pasaje de los sermones de despedida de Jesús, que el evangelista Juan nos ha dejado en el contexto de la Última Cena. Jesús confía a los Apóstoles sus últimas recomendaciones antes de dejarles, como un testamento espiritual. El texto de hoy insiste en que la fe cristiana está toda ella centrada en la relación con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Quien ama al Señor Jesús, acoge en sí a Él y al Padre, y gracias al Espíritu Santo acoge en su corazón y en su propia vida el Evangelio. Aquí se indica el centro del que todo debe iniciar, y al que todo debe conducir: amar a Dios, ser discípulos de Cristo viviendo el Evangelio. Dirigiéndose a vosotros, Benedicto XVI ha usado esta palabra: «evangelicidad». Queridas Hermandades, la piedad popular, de la que sois una manifestación importante, es un tesoro que tiene la Iglesia, y que los obispos latinoamericanos han definido de manera significativa como una espiritualidad, una mística, que es un «espacio de encuentro con Jesucristo». Acudid siempre a Cristo, fuente inagotable, reforzad vuestra fe, cuidando la formación espiritual, la oración personal y comunitaria, la liturgia. A lo largo de los siglos, las Hermandades han sido fragua de santidad de muchos que han vivido con sencillez una relación intensa con el Señor. Caminad con decisión hacia la santidad; no os conforméis con una vida cristiana mediocre, sino que vuestra pertenencia sea un estímulo, ante todo para vosotros, para amar más a Jesucristo.
También el pasaje de los Hechos de los Apóstoles que hemos escuchado nos habla de lo que es esencial. En la Iglesia naciente fue necesario inmediatamente discernir lo que es esencial para ser cristianos, para seguir a Cristo, y lo que no lo es. Los Apóstoles y los ancianos tuvieron una reunión importante en Jerusalén, un primer «concilio» sobre este tema, a causa de los problemas que habían surgido después de que el Evangelio hubiera sido predicado a los gentiles, a los no judíos. Fue una ocasión providencial para comprender mejor qué es lo esencial, es decir, creer en Jesucristo, muerto y resucitado por nuestros pecados, y amarse unos a otros como Él nos ha amado. Pero notad cómo las dificultades no se superaron fuera, sino dentro de la Iglesia. Y aquí entra un segundo elemento que quisiera recordaros, como hizo Benedicto XVI: la «eclesialidad». La piedad popular es una senda que lleva a lo esencial si se vive en la Iglesia, en comunión profunda con vuestros Pastores. Queridos hermanos y hermanas, la Iglesia os quiere. Sed una presencia activa en la comunidad, como células vivas, piedras vivas. Los obispos latinoamericanos han dicho que la piedad popular, de la que sois una expresión es « una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia» (Documento de Aparecida, 264). Amad a la Iglesia. Dejaos guiar por ella. En las parroquias, en las diócesis, sed un verdadero pulmón de fe y de vida cristiana. Veo en esta plaza una gran variedad de colores y de signos. Así es la Iglesia: una gran riqueza y variedad de expresiones en las que todo se reconduce a la unidad, al encuentro con Cristo.
Quisiera añadir una tercera palabra que os debe caracterizar: «misionariedad». Tenéis una misión específica e importante, que es mantener viva la relación entre la fe y las culturas de los pueblos a los que pertenecéis, y lo hacéis a través de la piedad popular. Cuando, por ejemplo, lleváis en procesión el crucifijo con tanta veneración y tanto amor al Señor, no hacéis únicamente un gesto externo; indicáis la centralidad del Misterio Pascual del Señor, de su Pasión, Muerte y Resurrección, que nos ha redimido; e indicáis, primero a vosotros mismos y también a la comunidad, que es necesario seguir a Cristo en el camino concreto de la vida para que nos transforme. Del mismo modo, cuando manifestáis la profunda devoción a la Virgen María, señaláis al más alto logro de la existencia cristiana, a Aquella que por su fe y su obediencia a la voluntad de Dios, así como por la meditación de las palabras y las obras de Jesús, es la perfecta discípula del Señor (cf. Lumen gentium, 53). Esta fe, que nace de la escucha de la Palabra de Dios, vosotros la manifestáis en formas que incluyen los sentidos, los afectos, los símbolos de las diferentes culturas... Y, haciéndolo así, ayudáis a transmitirla a la gente, especialmente a los sencillos, a los que Jesús llama en el Evangelio «los pequeños». En efecto, «el caminar juntos hacia los santuarios y el participar en otras manifestaciones de la piedad popular, también llevando a los hijos o invitando a otros, es en sí mismo un gesto evangelizador» (Documento de Aparecida, 264). Sed también vosotros auténticos evangelizadores. Que vuestras iniciativas sean «puentes», senderos para llevar a Cristo, para caminar con Él. Y, con este espíritu, estad siempre atentos a la caridad. Cada cristiano y cada comunidad es misionera en la medida en que lleva y vive el Evangelio, y da testimonio del amor de Dios por todos, especialmente por quien se encuentra en dificultad. Sed misioneros del amor y de la ternura de Dios.
Autenticidad evangélica, eclesialidad, ardor misionero. Pidamos al Señor que oriente siempre nuestra mente y nuestro corazón hacia Él, como piedras vivas de la Iglesia, para que todas nuestras actividades, toda nuestra vida cristiana, sea un testimonio luminoso de su misericordia y de su amor. Así caminaremos hacia la meta de nuestra peregrinación terrena, hacia la Jerusalén del cielo. Allí ya no hay ningún templo: Dios mismo y el Cordero son su templo; y la luz del sol y la luna ceden su puesto a la gloria del Altísimo. Que así sea.